Hace unos días el gobierno argentino presentó un plan nuclear. Un proyecto que tiene como meta dar nuevo impulso al desarrollo de centrales generadoras que utilizan ese tipo de tecnología. Argentina es uno de los países líderes de la región, de hecho es el que más centrales (3) tiene en funcionamiento. Brasil tiene 2 y está construyendo una tercera, México tiene 2.
En el conjunto de la producción energética las centrales nucleares no parecen pesar tanto, llegan entre las tres al 6,5% de la producción. Pero la energía nuclear tiene muchas ventajas respecto a otros medios y se la considera un factor clave en el periodo de transición a un futuro dominado por las fuentes renovables.
Presente, necesidades y potencial
Para países en desarrollo representa además una gran oportunidad debido a que ofrece grandes resultados sin elevar la huella de carbón. Este punto aparece cada vez más en las negociaciones comerciales con bloques tales como la Unión Europea.
Argentina cuenta además con la ventaja de tener personal capacitado y muchísimos años de experiencia en el sector. La Comisión Nacional de Energía Atómica se creo en 1950. En 1958 Argentina tuvo su primer reactor nuclear funcionando.
Desde hace tiempo Argentina se mantiene en los límites de su capacidad generadora. En los meses de calor a menudo se producen cortes. Aunque algunos de ellos son generados por falta de mantenimiento y obras de infraestructura. Cuando no se han sentido tanto en las áreas residenciales es porque se ha elegido que impacte en la industria. Así pues, las obras energéticas parecen un paso obligado si el país quiere desarrollarse.
Las IA
Ahora pasamos a un terreno un poco más complicado, pero que tiene cierto potencial. Como hemos visto durante los últimos meses muchas empresas desarrolladoras de tecnología de inteligencia artificial han tenido que enfrentar un aumento en la demanda de energía de sus modelos. Al mismo tiempo han sido cuestionadas por el impacto que esta demanda supone en el conjunto del sistema. Como respuesta muchas han decidido invertir en empresas generadoras de energía, y las centrales nucleares han sido la opción más popular.
Desde el gobierno nacional se impulsa la idea de que a la par de las nuevas centrales atómicas se pueden crear puntos de desarrollo tecnológico relacionados con la inteligencia artificial. El corazón de todo estaría en los centros de datos. Aquí aparece un tercer factor que beneficia al país, en el sur hay regiones con un clima frío que facilitarían el enfriamiento de dichas instalaciones.
Uno de los desarrollos que hemos visto asociados a las IA es el de los generadores modulares. Básicamente, dispositivos de menor tamaño, relativamente fácil fabricación y transportación. Su mayor desventaja es que son menos efectivos que las centrales tradicionales. En Argentina se está desarrollando un reactor pequeño conocido como CAREM.
El primer paso
Precisamente, el primer paso del plan nuclear es la construcción de un reactor modular pequeño en el predio de la central Atucha.
El programa nuclear argentino comenzó bajo un signo político y ahora parece retomar su impulso bajo uno muy diferente. Los gobernantes van y vienen, sería agradable si algo tan importante se convierte en política de estado y trasciende las banderas.
¿Tendrá Argentina un boom de desarrollo de las IA?
Quizás esta es la parte más optimista de todo el plan. El desarrollo de esta tecnología implica un gran valor estratégico que puede llevar a muchos países a limitar los proyectos de sus empresas y exigir una expansión local. Además, es de prever que al igual que en Argentina las centrales nucleares proliferen en otros países.
En el peor de los casos el país estaría invirtiendo en una infraestructura que necesita de todas maneras.
A largo plazo
Quizás no veamos los proyectos principales instalarse en el país, pero muchas empresas locales podría comenzar a brindar servicios relacionados. Las compañías locales y regionales podrían utilizar estas opciones para mejorar sus procesos e intentar proyectos que hubieran sido imposibles de otra manera.
Nada de esto sería inmediato. Porque habría mucho por construir y poner a punto. Pero además porque el impacto en el mundo empresarial de las IA todavía es limitado. Las organizaciones aún tienen que aprender como aprovechar esta herramienta, y eso puede llevar mucho tiempo.
IA, clave para el futuro, pero un dolor de cabeza en el presente