La sonda espacial japonesa SLIM sigue cabeza abajo en la Luna, y no parece que haya manera de que su situación cambie. Dada esta incómoda posición el ingenio no había sido capaz de recolectar energía solar y dependía de su batería, que estaba por debajo del 20%. La buena noticia es que este lunes JAXA informó que había logrado restablecer las comunicaciones con la sonda y ha reanudado las operaciones previstas para la misión.
Este alivio puede ser fugaz. La agencia espacial japonesa ha predicho que un cambio en la dirección de la luz del sol le permitirá a los paneles solares tomar energía, pero no es seguro cuanto pueda tomar.
El motor faltante
Cabe recordar que la sonda tenía un sistema de navegación avanzado que tenía como objetivo permitir un aterrizaje más preciso. Sin embargo el dispositivo perdió uno de sus motores y no estuvo capacitado o no logró compensar tal condición. Como resultado aterrizó en la que probablemente es casi la peor posición posible. Los paneles solares quedaron mirando hacia un costado (en la imagen principal a la derecha), por lo que no están completamente bloqueados.
A pesar del inconveniente debe destacarse que quedó a unos pocos metros del objetivo establecido, lo que al menos sirve para confirmar la precisión de la tecnología implementada.
Un éxito mínimo y un gran logro
A pesar de lo ocurrido JAXA declaró que la misión había sido un éxito mínimo. Muy probablemente para dar cuenta de la profunda decepción por lo ocurrido pero al mismo tiempo no queriendo establecer una nota más negativa.
Sin embargo las unidades exploradoras pudieron ser desplegadas sin problemas. Aunque son demasiado pequeñas como para intentar siquiera empujar a la sonda principal. Aún de cabeza la SLIM ha convertido a Japón en la quinta nación en llegar a la Luna. Un club que incluye EEUU, la Unión Soviética, China e India.