La edición audiovisual se expande gracias a las novedades técnicas y al cambio del sistema analógico al digital. Se presenta en nuevos soportes de audio, video y en las variantes de cada uno de ellos según el medio de comunicación donde será visualizado, y es el editor quien debe considerar la dimensión expresiva de su trabajo.
En este sentido, debemos tener en cuenta que los rasgos distintivos de un editor de video son: criterio artístico, conocimientos sobre colorimetría, nociones avanzadas de audio, velocidad operativa y buen manejo del espacio físico de almacenamiento en su isla de edición. Una productora, un canal de TV o cualquier medio de comunicación masiva tiene un departamento de técnica que supervisa el equipo con el que se trabaja y, en caso de ser necesario, efectúa la reparación.
Un buen editor es, entonces, una mezcla de estas cualidades: quien sepa proporcionarlas en forma correcta se convertirá en un profesional muy calificado y gozará de una mayor demanda de sus servicios. La receta perfecta sería la siguiente: criterio artístico + velocidad, ya que de nada sirve ser rápido si el trabajo final realizado no está bien definido artísticamente. Gracias al desarrollo presente en cada uno de los capítulos que componen esta obra, podremos repasar en detalle las tareas que debe conocer y manejar un editor de video y, de esta manera, creemos contribuir a formar un profesional más eficiente.