El disco de estado sólido
Aunque no lo creas, el disco de estado sólido tiene un primer antecedente en el año 1976, cuando se inició el proyecto. Si bien en la década de 1980 se retomó la idea de crear este tipo de discos de almacenamiento, fue en 1999 cuando, formalmente, empezaron a comercializarse, y en 2007 se efectivizó la venta masiva de este producto.
Sin lugar a dudas, este es el producto estrella de estos tiempos en que las computadoras se ven beneficiadas con el rendimiento, la dinámica y la velocidad de trabajo. En la actualidad, la elección de este tipo de disco es la acertada, ya que es apto tanto para portátiles como para computadoras de escritorio.
Los SSD (Solid State Disk) se venden en diversos factores de forma, capacidades y tasas de transferencia, y hay muchas marcas y modelos entre los cuales optar.
El componente principal de estas unidades es la memoria de tipo Flash Nand no volátil, que tiene la capacidad de almacenar información aun sin estar conectada a una fuente de energía y que, a través de su microelectrónica basada en semiconductores, es capaz de transferir información a grandes velocidades, siendo la mejor alternativa para los equipos informáticos modernos.
¿Por qué elegir un SSD?
Existen varias razones por las cuales hoy es conveniente pensar en un disco con memoria Flash Nand antes que en los clásicos discos mecánicos que ya se están dejando de fabricar.
El primer punto para considerar es la tasa de transferencia. Según analistas de hardware, hay numerosos factores que determinan la velocidad, y basándose en lecturas aleatorias de datos informáticos de todo tipo, llegaron a la conclusión de que un SSD puede ser 20.000% más rápido que un típico HDD.
Lo cierto es que, en la actualidad, los SSD se destacan por dar velocidad a los equipos, y esto se nota en computadoras viejas o de bajos recursos, en las que la incorporación de estas unidades llega a revivirlas. En materia de rendimiento extremo, como el uso de videojuegos, los discos SSD vuelven todo más dinámico, y gran parte de los desarrolladores de este tipo de software ya lo sugieren como un componente obligatorio para el uso de sus productos.
Los SSD pueden alcanzar 600 MB/s, aunque algunos modelos podrán llegar a los 3500 MB/s en el formato de 2.5 pulgadas para montaje en equipos de escritorio; existen otros modelos más veloces que pueden usarse en diferentes tipos de computadoras.
Pasemos a analizar ahora el factor de forma. Los SSD vienen en diversos factores de forma que se adecuan a cada tipo de equipamiento. En las PCs suele utilizarse el formato 2.5 SATA, que se ancla con tornillos al gabinete y toma alimentación directa de la fuente principal con conexión por medio del cable de datos al motherboard.
Pero también existen otros modelos que pueden conectarse directamente a la placa, siempre y cuando esta cuente con la interfaz de conexión. Los modelos SSD M.2 son discos que se insertan en una ranura de la placa madre (PCI-E) y trabajan directamente con ella. El formato tiene 22 mm de ancho, pero hay modelos con un largo que ronda desde los 30 mm hasta los 110 mm. Es importante que observes este aspecto en el momento de la compra, ya que tu motherboard puede implementar uno de los tamaños o varios de ellos.
Existen dos tipos de M.2, uno clásico y otro denominado NVMe, que lleva una ranura especial para su conexión. La mayoría de las placas madre de alto rendimiento lo traen, y posee más ancho de banda que su similar clásico. No hay dudas de que la elección de este tipo de disco implica alcanzar el mayor rendimiento conocido en este segmento.
En cuanto a la durabilidad, al no contener piezas mecánicas, los SSD tienen una vida más larga. No están expuestos a golpes de tensión y la baja corriente no afecta su trabajo; no obstante, como todo dispositivo, el voltaje excesivo puede dañarlos.
Suelen tener menos problemas relacionados con el borrado intencional de datos, y sus memorias son duraderas en lo que es la rescritura. Al ser piezas plásticas o de electrónica liviana, no se dañan fácilmente por un golpe o caída, y esto es un gran punto a favor en comparación con los discos mecánicos.
En promedio, los SSD tienen entre cinco y diez años de vida útil, dependiendo de la carga de datos, el uso de la computadora y la estabilidad eléctrica.
Otro factor para considerar es el nivel sonoro. Los SSD son silenciosos debido a su delgada electrónica que los vuelve livianos, además de que carecen de partes mecánicas.
El precio de mercado de estos discos es bajo comparado con los HDD. Existen varias marcas y la competencia es alta, lo cual hace que sean fáciles de conseguir y tengan distintos valores según cada necesidad.
Los precios también están determinados por el prestigio de la marca, el packaging, el tiempo de garantía y el servicio postventa que se ofrece.
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