El uso de APIs en los últimos años fue creciendo, con distintas plataformas que recurren a ellas debido a la facilidad que presentan y a su gran popularidad. Sin embargo, no todo el mundo sabe qué son o cómo se utilizan y crean.
En este Informe USERS conocerás qué son y para qué sirven las APIs, y además, aprenderás a crear la tuya utilizando PHP.
Autor: Santiago Agüirre
¿Qué son las APIs y qué utilidad tienen?
Para entender qué es una API, es necesario, en primer lugar, tener claros los conceptos de cliente y servidor, navegador y back-end.
Un cliente es sinónimo de un navegador o explorador de Internet, como puede ser Google Chrome, Mozilla Firefox, Microsoft Edge, Safari o cualquier otro. Se trata de un programa capaz de ejecutar código en ciertos lenguajes; al día de hoy, los estándares son HTML, CSS y JavaScript. Esto significa que se trata de entornos preparados para trabajar con solo estos tres lenguajes; fuera de eso, tratarán cualquier archivo con extensiones diferentes como texto plano.
Si deseas crear una página web, puedes hacerlo guardando en un servidor archivos HTML, CSS y JavaScript que formen tu sitio web. A estos lenguajes se los conoce como tecnologías del front-end. Cuando se habla de front-end, cliente, client-side o browser, siempre se refiere a este sector, a lo que puede realizarse en estas tecnologías.
Una API puede ser un sistema creado en cualquier tipo de tecnología, que permita comunicar distintas aplicaciones.
El servidor es una computadora configurada con algunos programas, lista para interpretar lenguajes como Java, C#, Ruby, Go o PHP, entre muchos otros. Estos lenguajes, a diferencia de los del front-end, se ejecutan en el servidor y realizan otro tipo de operaciones: pueden ejecutar consultas a bases de datos, servir enrutadores, comunicarse con otros servidores y, por supuesto, enviar información al lado del cliente.
En el momento en que abres un navegador y escribes una dirección, la operación que se realiza tras bambalinas es que el navegador envía una petición a un servidor remoto. Este le responde con archivos HTML, CSS y JavaScript, que son ejecutados por el navegador de tu computadora. Lo que sucede en el servidor, cómo se forman esos archivos o qué operaciones ocurren tras la petición, el navegador no lo sabe porque son cuestiones internas del servidor.
Esa comunicación se realiza mediante texto plano. Esto quiere decir que la respuesta que emite el servidor llega siempre por medio de texto, que puede estar codificado de distintas maneras: encriptado, o en formatos o estándares definidos, pero siempre como texto plano. Por esta razón, para que un cliente se comunique con un servidor se necesita una interfaz que trabaje como intermediaria entre los dos sistemas. Esta interfaz se conoce como API, por sus siglas de Interfaz de Programación de Aplicaciones. Una API es un sistema que forma una interfaz, que en muchos casos, trabaja con un estándar para el manejo de información, como JSON, XML o similar. Por lo general se desarrolla del lado del servidor.
JSON es un formato para estructurar, enviar y recibir datos en texto plano.
Las APIs sirven para distintas cosas. Por ejemplo, puede ser un servicio web que se encargue de trabajar con datos, para retornar información sobre el clima, el estado del tránsito, monetaria o de cualquier otro tipo. Un cliente u otro servidor puede realizar una petición a este servicio y obtener los datos correspondientes. La API no tiene una interfaz visual, es decir, no se compone de archivos HTML, sino que la información se almacena en una base de datos, se procesa, y se devuelve en un end-point o ruta URL, en formato JSON, XML o similar.
Otro ejemplo práctico de una API es la separación de los sistemas web en front-end y back-end, comunicados por esa interfaz. Una aplicación del front-end se ejecuta de manera completa en el cliente, como cualquier sitio web creado con HTML, CSS y JavaScript. Mediante programación en JavaScript, se solicitan datos a un servidor, que tiene diversos end-points que permiten al cliente obtenerlos, modificarlos, actualizarlos o borrarlos. Esa comunicación entre el back y el front-end se conoce como una API.
Una API también puede ser útil para distintos sistemas pagos, como plataformas CRM, para plataformas de gestión de negocio dedicadas a gestionar clientes, productos y datos, y para otro tipo de servicios que funcionen de manera virtual.
La manera en que las APIs se comunican es mediante protocolos. Es decir, definen un protocolo de comunicación por medio del cual viaja la información y se solicitan o se obtienen los datos que la API procesa. Al día de hoy, uno de los protocolos más utilizados por las APIs es el HTTP (HyperText Transfer Protocol), dedicado al envío de datos en hipertexto. Esto significa que el texto viaja como respuesta del servidor y puede ser interpretado dependiendo de qué estándar se haya definido para los datos.
Es decir que los datos pueden llevar un encabezado que especifique JSON como formato para ellos, y la respuesta puede interpretarse de esa manera.
Una petición HTTP a una API puede realizarse desde una página web, con JavaScript o con un lenguaje del servidor como Java, C# o PHP.
Una vez comprendida la utilidad y el funcionamiento de las APIs, es una buena idea crear la tuya propia.
Entre los ejemplos más utilizados están las APIs dedicadas al consumo de datos útiles, como clima, tránsito o similares; es decir, una aplicación que puede realizar una petición a estos servicios, y así, mostrarlos como datos de su sistema.
El estándar JSON deriva de la notación de objetos declarados por JavaScript.
Continúa leyendo el Informe USERS 202 y aprende a crear una API en PHP.
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