Ya sea que utilices tu equipo para trabajar o si eres un aguerrido gamer de elite, tu tarjeta gráfica es uno de tus aliados más poderosos, por eso es vital que conozcas en todo momento su estado de salud. Que puedas prevenir una falla o un sobrecalentamiento será decisivo para aumentar las horas de vida que te ofrecerá.
Autor: Pier Ciccariello
Cómo funciona una tarjeta gráfica
Dependiendo del tipo de computadora que tengas, puedes contar con tres clases diferentes de sistema gráfico.
Si tu PC es algo antigua (y sobre todo si tienes una notebook), es probable que en la placa madre tengas un área de circuitería y un chip dedicado al video; en equipos más modernos (torres y portátiles), tal vez el video se encuentre integrado en el propio CPU, pero, si el equipo tiene un requerimiento gráfico más potente, como para videojuegos o aplicaciones para edición de video, es vital que cuentes con una tarjeta gráfica dedicada.
Se la llama de esa forma porque se conecta a la placa madre mediante un puerto –en la actualidad PCI-E– y se encarga de todo el proceso de los gráficos, liberando de esta forma la CPU de esa compleja tarea.
El corazón de una tarjeta gráfica es la GPU (Graphics Processing Unit o unidad de procesamiento gráfico), un circuito similar a una CPU, que integra miles de millones de transistores y varios núcleos de proceso.
Las tarjetas gráficas son las encargadas de enviar la información de tu equipo al monitor. La tecnología de gráficos avanzó muchísimo en los últimos tiempos hasta permitir gráficos hiperrealistas.
La cantidad, capacidad y tecnologías que contengan esos núcleos son las que determinarán la potencia de tu gráfica.
De forma análoga a las CPU, que suelen estar compuestas por pocos núcleos que trabajan a altas frecuencias de reloj, las GPU poseen gran cantidad de núcleos pero con frecuencias de reloj bastante bajas. Por ejemplo, mientras que en la actualidad las CPU oscilan entre 2 y 64 núcleos, que pueden contar con la tecnología SMT (Simultaneous Multithreading), que permite que cada uno de ellos sea capaz de procesar hasta dos hilos de ejecución simultáneamente, en una GPU es normal encontrar más de 4.000 núcleos de menor potencia y más sencillos que los de la CPU, pero la diferencia en la cantidad es abismal.
Otro elemento importante en tu gráfica es la memoria GRAM o memoria gráfica de acceso aleatorio. Estos chips son los que almacenan la información que se procesará y trabajan de una forma muy similar a como lo hace la RAM convencional en tu placa madre.
También existe algo conocido como RAMDAC, un convertidor digital-analógico de memoria de acceso aleatorio que toma las señales digitales provenientes de la gráfica y las convierte en señales que el monitor pueda interpretar.
Todo el trabajo de la tarjeta gráfica suele producir mucho calor, que debe ser disipado mediante diferentes técnicas dependiendo de la potencia de la gráfica, ya que las hay desde simple disipación pasiva, el clásico disipador de aluminio, hasta gráficas más potentes con 1, 2 o 3 ventiladores que ayudan a enfriar todo un bloque de disipación térmica.
Síntomas de que tu gráfica está fallando
En ocasiones, puedes encontrarte comportamientos anómalos que te hagan sospechar que tu tarjeta de video no funciona en forma correcta, pero, más allá de eso, un mantenimiento preventivo puede aumentar tanto su vida útil como su eficiencia.
Las fallas que dan una pauta de que algo no va del todo bien pueden ser varias, las más evidentes son: ver basura en pantalla (sitios donde, en lugar de mostrarse lo que debería verse, se aprecia un amasijo de pixeles, esto suele pasar en los videojuegos), sobrecalentamiento, cuelgues del equipo, ruido excesivo y algo llamado coil whine o quejido de la bobina, una vibración física producida en un componente electrónico que funciona en forma defectuosa, etcétera. De todas formas, estas fallas pueden implicar un daño físico a tu hardware o simplemente te reclaman un mantenimiento así que, si experimentas algo de lo que leíste, no desesperes aún y sigue adelante con la lectura.
Es vital que seas capaz de poder diagnosticar tu tarjeta gráfica, ya sea si la compraste de segunda mano o si hace tiempo que la tienes trabajando al extremo o, incluso, si estás evaluando prácticas como overclocking.
Qué significa estresar tu gráfica
Para conocer el estado de salud de tu tarjeta de video, existen múltiples programas diseñados para probar ciertas áreas específicas, algunos solo basados en información, como la proporcionada por los sensores de temperatura y el voltaje de la tarjeta, y otros que le generan una potente carga de trabajo llevándola a su límite para generar lo que se conoce como estresar la tarjeta gráfica.
Esto no pasa de ser una serie de imágenes de alta calidad que la gráfica debe renderizar en tiempo real (recuerda que para ello se deben utilizar miles de cálculos matemáticos por segundo), llevando el hardware de tu gráfica a trabajar a capacidad completa. Al mismo tiempo, se suele analizar la temperatura así como el porcentaje de uso de los recursos que necesita la tarjeta para completar el trabajo.
Un punto para tener en cuenta es que, si usas un programa de estrés en una tarjeta que ya presenta fallas graves, el hacerla funcionar a su máxima potencia podría terminar quemándola, por lo que ante la duda consulta con un profesional para evaluar en qué punto de la vida de la gráfica te encuentras.
Continúa leyendo el Informe USERS 183 y conoce programas para benchmark y estrés y otros que te permitirán monitorizar tu tarjeta. Aprende a utilizarlos. También aprenderás a hacerle mantenimiento y, de esta manera, contribuirás a extender la vida útil de la tarjeta.
Informe USERS es una publicación digital semanal exclusiva para suscriptores de RedUSERS Premium, en ella analizamos en profundidad temas de actualidad en tecnología: tendencias, aplicaciones, hardware, nuevas tecnologías y más.
RedUSERS PREMIUM contiene cientos de publicaciones y puedes leerlas a todas, por una mínima cuota mensual SUSCRIBETE!
