El procesador es uno de los componentes más importantes dentro del ecosistema de una computadora, el que se encarga de recibir todas las instrucciones provenientes de los programas y gestionar su salida.
En el mercado encontrarás muchísimas alternativas, algunas con un precio modesto y otras con un valor casi prohibitivo para muchos usuarios, y con una lista de especificaciones que no siempre son fáciles de comprender. Descubre en este Informe USERS cómo conseguir tu procesador de alta gama ideal.
Autor: Pier Chiccariello
La importancia de los componentes
Si bien una computadora es un conjunto de componentes que interactúan entre sí, definitivamente la piedra angular de ellos es el procesador, por lo que es fundamental invertir algo de tiempo en pensar qué uso le darás a tu nuevo equipo y, sobre esa base, seleccionar los componentes adecuados. Tu elección determinará las prestaciones de la computadora, su consumo energético y la gestión de la seguridad de los datos.
Ten en cuenta que si tu compra está relacionada con el ámbito empresarial o de producción, entonces deberás buscar un procesador que, además de potencia (que en ese aspecto será similar a las opciones para consumo doméstico), te brinde funciones de seguridad como la protección de la información por hardware y la gestión remota, lo que a muchos departamentos de IT les facilita la interacción con los equipos a distancia.
La gestión remota que ofrecen algunos procesadores es importante para reducir los costos de mantenimiento y la carga de trabajo de los departamentos de IT de las empresas.
Por otro lado, si lo que estás intentando armar es un equipo para un estudiante, no caigas en el falso concepto de que, simplemente, deberá ser para ofimática, ya que la mayoría de estos usuarios también consume contenido audiovisual y videojuegos, por lo que se tratará de un uso mixto.
Lo ideal será optar por un i5 o Ryzen 5, que funcionan de manera fluida para el uso cotidiano, incluso, en edición fotográfica doméstica. Si el equipo se usará para multimedia general y videojuegos casuales, un procesador con gráficos integrados será suficiente. Por el contrario, si lo que estás armando es un equipo para juegos triple A, entonces lo ideal será contar con tarjetas gráficas dedicadas.
Las especificaciones del procesador
Existen numerosos factores que debes considerar a la hora de elegir un procesador, y tanta información a veces puede resultar algo compleja.
A continuación, vamos a analizar de qué se tratan las especificaciones que te darán en la tienda donde vayas a comprarlo:
- Núcleos: en un principio, cada procesador contenía una unidad de proceso, pero en la actualidad esto ha cambiado, y ahora en cada encapsulado (el chip físico que compras en la tienda) encontrarás más de un núcleo, también conocido como core. Esto permite dividir ciertas cargas de trabajo entre ellos y finalizar las tareas más rápido, con lo cual son más eficientes.
- Hilos: también se los conoce como subprocesos. Algunos de los núcleos físicos pueden virtualizarse, de modo que, por ejemplo, con 8 núcleos físicos podrías obtener un resultado similar al de 16 núcleos, acelerando aún más el procesamiento de datos. En la actualidad, casi todos los núcleos soportan virtualización, por lo que, a la hora de comprar, este es otro factor que deberás considerar. Cabe destacar que no todos los programas del mercado están diseñados para sacar provecho del multihilo, de modo que, antes de armar tu equipo, debes pensar para qué lo deseas exactamente.
- Frecuencia: este es otro factor que verás a menudo entre los datos de un procesador y se refiere, justamente, a cuántos cálculos por segundo es capaz de realizar. Los que tienen mayores frecuencias podrán terminar más rápido el proceso que a otros de inferiores prestaciones les llevaría más tiempo. Este parámetro se mide en GigaHertz (GHz).
Muchos procesadores incluyen en sus tecnologías opciones para trabajar con inteligencia artificial y machine learning.
- Familia: se conoce de esta manera a las diferentes generaciones de procesadores. Este factor determina su arquitectura, es decir, la forma en que están construidos, la cantidad de transistores que tienen y sus capacidades básicas. Cuanto más reciente sea la familia a la que pertenece un procesador, mejor será, ya que tendrá tecnología más moderna. Se estima que en cada generación se mejora el rendimiento en un 15% aproximadamente.
- Segmento: existen procesadores de gama de entrada, como el caso de los i3 de Intel o los Ryzen 3. Esto significa que son más económicos y que alcanzan los estándares básicos de eficiencia. Luego están los de gama media, como los i5 o los Ryzen 6, que mejoran la experiencia del usuario, al mostrar mejor desempeño que sus hermanos menores. Por su parte, los de gama alta, como los i7 y los Ryzen 7, ofrecen un desempeño mayor frevte al segmento anterior. Finalmente, los más caros, pero también los mejores, son los de gama ultra alta, como los i9 o Ryzen 9.
- Socket: cada procesador tiene un mecanismo de conectores para instalarlo en la placa madre y permitir su funcionamiento. Ten en cuenta que el procesador que elijas va de la mano con el resto de los componentes del equipo. Por ejemplo, una placa madre con socket Intel no es compatible con un procesador AMD, y viceversa.
- Chipset: son chips ubicados en la placa madre que trabajan en coordinación con el procesador. En el mercado hay placas madre compatibles con el procesador que elijas, pero de diferente chipset. Algunos son más económicos que otros, pero no tendrán tanta performance o ciertas opciones de configuración, como la capacidad de aumentar la frecuencia del procesador, práctica conocida como overclocking.
El procesador debe elegirse junto con la placa madre. Solo así podrás utilizar todo el potencial de la memoria, los buses PCI-e, la conectividad y demás características.
- Memoria: la RAM del equipo es gestionada tanto por el procesador como por la placa madre. Por lo tanto, si adquieres una placa que soporte 1 TB de RAM pero tu procesador solo puede gestionar 128 GB, este será el límite máximo de memoria que podrás utilizar. Una vez más, al momento de realizar la compra del equipo debes estudiar las especificaciones de todos los componentes; recuerda que una computadora es un conjunto de partes que debe analizarse como tal. También a la hora de elegir un procesador debes tener presente las velocidades de memoria que es capaz de gestionar.
- Memoria caché: este es otro ítem del que habrás escuchado hablar bastante. Se trata de una memoria intermedia entre la RAM y el propio procesador, en donde se almacenan datos listos para ser procesados, de modo que el procesador pueda acceder rápidamente a ellos sin perder tiempo de acceso a la memoria RAM. Existen tres niveles de caché, cada una más rápida que la anterior pero de menor tamaño: se denominan L1, L2 y L3.
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Pero la realidad es que, a la hora de ejecutar un programa, lo que importa es que el procesador se comporte como esperabas. Aprende a medir el rendimiento de tu CPU en este Informe USERS.
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