Para muchos, era un perfecto desconocido. Para otros, no era más que un estafador. Para las majors del cine y la música estadounidenses, no era más que el enemigo a vencer en la era digital. Y para los más ingenuos, un tonto con dinero.
Kim Schmitz, también conocido como Kim DotCom, nació en la ciudad alemana de Kiel el 21 de enero de 1974 y desde su más tierna edad se dedicó al fraude informático, como Phreaker. Siendo sólo un adolescente, DotCom se hizo famoso en su país natal tras conocerse la noticia de que había crackeado centrales telefónicas corporativas en los Estados Unidos.
Con tan sólo 20 años, decidió dedicarse a la seguridad informática y creó la compañía DataProtect, aunque en 1998 fue sentenciado por haber robado tarjetas telefónicas en EE.UU. En 2000, vendió la compañía, que cayó por la explosión de la burbuja de las punto com.
Fue en 2001 donde intentó resurgir este gigante de 2 metros de alto y 130 kilos de peso. Entonces compró 375 mil dólares en acciones de LestBuyIt y prometió invertir 50 millones de euros, logrando que aumente el valor de la empresa –la cual estaba a punto de la bancarrota– casi un 300 por ciento. Vendió las acciones y se quedó con 1,5 millones de dólares. También pidió un crédito sin garantía a Money AG, que no pudo pagar.
Su primer contacto con Asia sería en Bangkok, Tailandia, donde fue arrestado y deportado a Alemania. Logró una probation por dos años en 2003 y pagó una fianza de 100 mil euros. Alemania ya no era su hogar, probaría suerte en el Pacífico.
El 21 de marzo de 2005 funda Megaupload, una empresa de almacenamiento online con base en Hong Kong, una zona donde no tienen cobertura las leyes estadounidenses y las europeas. El sitio se convirtió en el 13º más popular de la web, contaba con una nómina de 150 empleados y generaba ganancias por 175 millones al año. Con más de 50 millones de visitas diarias, consumía el 4 por ciento del tráfico de Internet.
Pero lo “Mega” era algo que iba a marcar su vida, junto a su placer por la ostentación. Ya en 1999, con DataProtect y la firma IVM Engineering, había presentado el “Megacar”, un Mercedes Benz S-Class W220 que poseía Windows NT Server, una pantalla de plasma de 17.3 pulgadas y 16 módulos GSM para tener banda ancha móvil. Con ese mismo nombre bautizó a su coche de rally, un Mercedes Brabus SV12, con el que ganó la competencia internacional Gumball 3000 en 2001.
Su megalomanía lo llevó hacia límites insospechados. Se mudó a una mansión tasada en 30 millones de dólares en Coatesville, un poblado rural situado a 30 km de Auckland, capital de Nueva Zelanda. Allí tiene una ciudadanía de “empresario”, que requiere una inversión en el país de al menos 8 millones de dólares, pero el gobierno no le permitió comprar propiedades, así que pagaba un alquiler por su megacasa.
La zona no fue elegida al azar: constituía un punto estratégico para ir y volver en pocas hacia la empresa, situada en Hong Kong, donde se hospedaba en el Gran Hyatt de cinco estrellas junto con Mona (su mujer, una ex modelo filipina) y sus tres hijos, a un costo de 12 mil dólares la noche.
El año 2012 marcaría el fin de sus andanzas, al menos por un momento. Desde principios de este mes, el FBI estaba tras su pista, y en un esfuerzo conjunto con las autoridades de Alemania, Nueva Zelanda, Holanda, Canadá y Hong Kong; Kim fue apresado el 19 de enero junto a sus socios en su mansión de Coatesville, donde guardaba sus autos de colección con valor de 6 millones de dólares, incluyendo 15 Mercedes Benz, un Cadillac de 1959 color rosa y un Rolls-Royce Phantom.
¿El porqué de esta detención? Para muchos, Kim estaba trabajando en un sitio de intercambio de música legal que acabaría con las discográficas. Para las autoridades, DotCom incurrió en fraude informático, abuso de información privilegiada, malversación de fondos, posesión de bienes robados y algunos cargos más.
Lejos quedaron las fiestas faustosas donde se tomaba fotografías con estrellas de Hollywood, como Bruce Willis. Más lejos aún, está el recuerdo de sus vacaciones en lugares paradisíacos junto a su familia, que solía subir a su web personal www.kimble.org. También allí quedaron su helicóptero privado y sus autos de carrera, uno de los cuales, se dice, posee una matrícula con la palabra GOD (Dios).
El 25 de enero de 2012, luego de permanecer 5 días en prisión, a Kim se le negó la posibilidad de pagar una fianza por miedo a que huyera hacia Alemania, su tierra natal, el país donde comenzó su historia judicial. Pero esta vez no se trataban de tarjetas telefónicas; esta vez, las travesuras de DotCom fueron “Mega”.