¿Qué es este bulto enorme en mi pantalón? Veamos: las llaves de mi casa, de la moto, de la editorial, tarjetas de identidad, de bancos, prepagas, clubes de beneficios… Cargo con más de 10 llaves y otras tantas tarjetas, además del dinero.¿Todo esto necesito para salir a la calle en el Siglo XXI? ¡Absurdo! Todos estos objetos cumplen el mismo propósito: identificarnos.
Existen tres métodos de identificarnos:
1. Por algo que tenemos: tarjeta, llave, e-token….
2. Por algo que sabemos: PINSs, contraseñas
3. Por algo que somos o identificación biométrica: huellas dactilares, reconocimiento facial….
Los bancos, por ejemplo, nos identifican mediante una combinación de los dos primeros métodos.
Pero los objetos pueden ser extraviados o robados, las claves pueden ser olvidadas o filtradas y los datos biométricos pueden ser falseados, cortándole el dedo a un muerto o haciéndonos un transplante ilegal de ojos, como en Minority Report.
Sin embargo, luego del almuerzo que compartí ayer con con Juan Accogli, Country Manager de Fujitsu, que inspiró esta editorial, quedé convencido de que los dos primeros métodos irán desapareciendo, para dar paso a la identificación biométrica.
Fujitsu fabrica PalmSecure, un sistema que reconoce el patrón de venas de nuestra mano, único de cada persona e inmutable con los años. Sus ventajas respecto a la identificación dactilar: la posibilidad de falsos positivos es de 1 en 80.000.000, no hay contacto físico, y no funciona cortándole la mano a una persona o haciendo un modelo 3D, ya que detecta la circulación de sangre. El banco Bradesco de Brasil está instalando esta tecnología en sus cajeros y la red Banelco de Argentina lo está probando. Ya nadie podrá hacer como Thomas Parkin, que durante 6 años siguió cobrando la jubilación de su madre muerta yendo al banco disfrazado como ella.
Hay decenas de métodos biométricos en desarrollo: la voz, el iris, la manera de tipear una frase, el andar (¡muy fácil identificarme!) y el reconocimiento facial, que puede probar hoy mismo cualquiera con Android 4 (yo lo uso para desbloquear mi smartphone y anda muy bien).
Muy pronto los comercios, el transporte público, los sitios web, nuestro vehículo, nuestra casa, nuestro trabajo… nos reconocerán, y nos liberaremos finalmente de llaves, tarjetas, dinero, y podremos, si queremos, salir desnudos a la calle…
¿Desaparecerán pronto llaves, tarjetas y claves? ¿Qué método biométrico triunfará?
Miguel Lederkremer
Director Editorial – Revista USERS
Editorial publicada en USERS 268 – AGOSTO 2013