En el mejor de los casos, en el futuro, las IA nos librarán de las tareas repetitivas y poco satisfactorias. Un ejemplo de tal escenario puede encontrarse en lo que le ocurrió a Millie Houlton, una estudiante de la ciudad de York, en el noreste de Inglaterra.
La joven recibió una multa del ayuntamiento de la ciudad por mal estacionamiento. Sin embargo, explicó, es la calle de la cuadra donde vive y ella tiene permiso para estacionar ahí.
La IA al rescate
La primera reacción de Houlton fue pagar la multa. Más que nada para ahorrarse el tiempo que necesitaba para otras actividades. Cuando luego intentó escribir una respuesta se encontró con dificultades para expresar sus argumentos.
Decidió entonces que iba a dejar la tarea en manos de ChatGPT. Para tal fin le suministró todos los detalles sobre el lugar y lo que había ocurrido, la razón por la cual la multa era incorrecta y la referencia a la misma. El resultado fue un texto que encontró perfectamente adecuado.
La respuesta fue enviada y luego de su recepción la ciudad levantó la multa.
La carta
El texto creado por la IA es simple, no parece algo especialmente destacable. Sin embargo suena como una respuesta natural que podría haber escrito un ser humano. Entre los argumentos presentados se señalaba que Houlton pagaba por el permiso de dos años y no iba a estacionar en un lugar donde no debía.