Hace algo menos de 1 año y medio el mundo de los videojuegos se revolucionó cuando la leyenda de los videojuegos, Tim Schaffer (diseñador de “pequeños juegos” como Monkey Island, Full Throttle y Maniac Mansion, entre otros), anunció que quería nuestro dinero para revivir uno de los géneros más queridos por los jugadores de vieja escuela: las aventuras gráficas, y para esto necesitaba “solo” 400.000 dólares. El pedido salió mejor de lo que nadie esperaba: en solo 5 días juntó a través de Kickstarter lo que necesitaba y “algo” más, unos 3 millones y medio de dólares (quien les habla colaboró con este proyecto poniendo su dinero) para que su empresa Double Fine pudiera trabajar tranquila.
Gracias al dinero extra el amigo Schaffer se pudo dar el lujo de mejorar la calidad del juego en cuanto a aspectos técnicos y de produccion. Sin embargo el tamaño del proyecto creció tanto que los tiempos de trabajo se extendieron, por lo que luego unos meses de trabajo Double Fine anunció que el juego se iba a dividir en dos entregas, para poder trabajar con menos presión y poder entregar un producto de la calidad que se espera con Schaffer como director. Es así como finalmente este revival de las aventuras “point and click” llega a nosotros, y este es su análisis.
Historia
Si hay algo que destaca al género de las aventuras gráficas es que la historia tiene que ser atractiva, casi por sobre los otros aspectos. Y en este caso Schaffer vuelve a sorprendernos para demostrar sus años de experiencia: no nos cuenta una historia, nos cuenta (creo que por primera vez en el género) dos historias, las cuales se pueden jugar al mismo tiempo saltando de una a la otra como deseemos y que aparentemente no tienen nada que ver una con otra. Este solo motivo ya hace que Broken Age sea un juego interesante.
En una historia conocemos a Shay, un chico que viene viajando hace años en una nave espacial y es cuidado por una supercomputadora sobreprotectora que lo trata como si fuera todavía un bebé y le da todo servido. Esto hace que la vida de Shay sea muy aburrida y rutinaria, por lo que un día decide tratar de cambiar su destino y….no les cuento más. Por el otro lado tenemos a Vella, una joven que vive en un pueblo anticuado que vive bajo la constante amenaza de un ser monstruoso llamado Mog Chothra que atacará el pueblo a menos que sus habitantes decidan entregar en sacrificio 4 mujeres jovenes. Resulta ser que Vella es una de ellas y pese a que para el resto de las chicas es un honor ser sacrificada en pos de salvar a sus familias, ella se resiste a este destino y comienza a buscar una manera de evitar morir y de eliminar al monstruo.
Bajo estas premisas tan originales como absurdas nos embarcamos en una graciosa y surreal aventura en la que ayudaremos a ambos personajes a cambiar su futuro, tratando de descubrir qué hay más allá de vivir en una nave en el caso de Shay y de eliminar la amenaza del monstruo que azota el pueblo de Vella. Sin duda el atractivo mayor es tratar de entender qué tienen en común estas historias y es lo que lleva al jugador a resolver los diversos puzzles y situaciones a las que el jugador deberá enfrentarse, lo que la hace irresistible para todos los fans de este género tan querido por los jugadores old school.
Jugabilidad
El control del juego sigue siendo el mismo de antaño: movemos el puntero con el mouse y hacemos clic para investigar algo, interactuar o hablar con los personajes. Disponemos de un inventario al cual accedemos al acercar el puntero a la parte baja de la pantalla, y que desaparece automáticamente cuando no lo necesitamos, haciendo que toda la pantalla quede libre de interfaz durante casi todo el juego. El puntero cambia de forma cuando algo puede ser de interés o nos puede servir, y cuando son objetos que nos servirán luego, los mismos son trasladados automáticamente al inventario, teniendo un sonido y una alerta visual que nos indica que estamos llevando un elemento nuevo.
Para usar algo lo debemos arrastrar desde la barra de inventario y dejarlo en el lugar o en el personaje en el que queremos aplicarlo, y en este sentido es donde cae una de las pocas debilidades del juego. Los viejos jugadores recordarán las horas sin sueño tratando de descubrir qué ítem servía y cual no de un inventario de 20 o más elementos, y con el viejo método de prueba y error mezclar ítems para conseguir otros. Eso no ocurre en Broken Age, ya que como mucho tendremos 5 elementos de utilidad evidente y muy pocos requieren combinación entre ellos, lo cual hace que para los más veteranos del género el juego se haga bastante sencillo de resolver, por lo que en unas 5-6 horas estaremos terminando el acto 1. Sin embargo, nunca sentiremos que nos regalan las soluciones, por el contrario, la cantidad de pistas y diálogos suelen ser los justos y necesarios para sentirnos satisfechos de haber resuelto la situación.
Si bien viniendo de la mente de Schaffer uno espera algo más de dificultad, lo bueno es que esto no quita que el juego es realmente entretenido de jugar y la cantidad de situaciones absurdas y cómicas con las que nos enfrentaremos nos harán olvidar un poco este hecho, aunque hay que reconocer que ninguna de las situaciones en las que estaremos se podrán comparar a los mejores momentos de Full Throttle o Monkey Island, pero sin duda un par de carcajadas lanzaremos.
Eventualmente llegaremos a algunas situaciones que nos harán detenernos a pensar un poco y hasta trabarnos en algún momento, pero gracias a la novedosa posibilidad de cambiar de personaje en el momento que deseemos es poco probable que estemos mucho tiempo dando vueltas sin hacer nada. Sin duda esta genial idea abre muchas posibilidades para futuros juegos del género y permite que siempre tengamos algo que resolver o descubrir.
Tenemos obviamente los personajes con los cuales podremos entablar diálogos, los cuales también siguen siendo marca de la casa, todos muy carismáticos, divertidos de conocer y llenos de preguntas y respuestas ingeniosas y cómicas, por lo que más de una vez preguntaremos cosas que no nos interesan solo para escuchar qué nos responden éstos. Cada uno tiene un porqué dentro del juego y nos harán pasar grandes momentos.
Gráficos
¿Puede alguien sorprenderse con un engine totalmente 2d en 2014? Para mi la respuesta es si. Los gráficos del juego están hechos totalmente a mano, con tonos pasteles y trazos de lápiz absolutamente visibles, lo que le da una apariencia de estar leyendo un libro para chicos o viendo una película animada.Todos los escenarios están repletos de pequeños detalles que le dan vida y que los hacen interesantes de recorrer y de jugar, por lo que a pesar de no ser demasiados, están tan bien construidos y diseñados que no nos aburren.
Los personajes se mueven de forma lateral, como si fueran figuras de cartón pegadas sobre la pantalla y todas sus expresiones y sus movimientos están dibujados a mano, lo cual lejos de quedar mal sorprende al que juega y al que contempla, porque cada pantalla es una auténtica obra de arte y el juego derrocha estilo y personalidad. Si a esto le sumamos cosas que en las aventuras gráficas de los 80-90 eran imposibles (como acercamientos de camara, cambios de plano en diálogos, efectos visuales de humo o de luces sobre los personajes) podemos decir que estamos frente a un juego visualmente impecable y que demuestra en cada pantalla la cantidad de trabajo y amor puesto en el.
Sonido y música
Otro apartado en el que no se pueden poner ningun tipo de peros a la producción de Double Fine. El juego cuenta entre sus voces a gente como Elijah Wood (Frodo de “Lord of the Rings”), Jack Black (“School of Rock”, “Tropic Thunder”) y Will Wheaton (“Stand by me” y “el mismo” en “The Big Bang Theory”). Todos los diálogos están interpretados de manera totalmente profesional y nos compenetrarán con la situación que estamos viviendo y hacernos reir en algunos momentos realmente surrealistas y absurdos de esos que uno espera cuando juega un juego en el que Tim Schaffer metió la mano. El juego trae solo doblaje en ingles pero cuenta con subtítulos en 5 idiomas incluído el español, algo realmente bueno para los que no dominan la lengua de Shakespeare.
La música es otro punto sin desperdicio: Tim Schafer ha recurrido de nuevo al compositor de Grim Fandango Peter McConnell, para deleitar nuestros oídos con melodías que se adaptan a cada una de las situaciones y que muestran nuevamente el gusto que Double Fine tiene por poner atención a cada detalle para que la experiencia sea inolvidable. El diseño de sonido no queda atrás: es impecable por la variedad y claridad de cada uno de los sonidos que escucharemos, y que nos pondrán en atmósfera dentro de cada nuevo escenario.
Conclusiones
Double Fine no solo se arriesga con una aventura gráfica, género que las grandes compañías consideran muerto, sino que además se anima a darle unas cuantas vueltas de tuerca adaptando ciertos agujeros que tenía y mostrando que se puede seguir innovando sin dejar de ser fiel a un estilo. A pesar de ser la primera parte de un juego, la manera en la que está narrado y como los cabos se van cerrando de a poco hacen que la experiencia sea sumamente satisfactoria y que no podamos esperar al desenlace, el cual será lanzado en unos meses sin cargo para el que pagó el juego. Broken Age le da un nuevo soplo de vida al género y quizás significa no solo el renacimiento del mismo sino además la posibilidad de que nuevas generaciones de gamers lo descubran y se enamoren, como pasó hace 20 años cuando los juegos venían en diskettes. Aplauso para Double Fine.
Ficha técnica
Título | Broken Age: Act 1 |
Desarrollado por |
Double Fine |
Publicado por |
Double Fine |
Género | Aventura Gráfica |
Disponible en | Android, iOS, Linux, OS X, Windows, Ouya |
Jugadores | 1 |
Precio | 25 dólares (Steam) |
Sitio Web oficial | http://www.brokenagegame.com/ |
Pros
- Historia original.
- Personajes muy carismáticos.
- Situaciones y diálogos graciosos.
- Posibilidad de cambiar de personaje.
- Gráficos 2D hermosos.
- Gran trabajo de sonido y voces.
- Desenlace inesperado.
Contras
- La mayoría de los puzzles son sencillos de resolver.
- Corto desarrollo.
- Hay que esperar la segunda parte para saber como termina.
Nota: 8,5