Héctor Xavier Monsegú, conocido en el mundo de los hackers como “Sabu”, apenas fue descubierto y presionado por las autoridades para delatar a sus compañeros del colectivo LulzSec, se convirtió de inmediato en “un informante modelo”, según la documentación revelada recientemente por el diario The Wall Street Journal.
Sabu, de 28 años y sin empleo, comenzó a cooperar proactivamente con el FBI desde el mismo día en que fue capturado por las autoridades policiales, presumiblemente para evadir su encarcelamiento o por lo menos disminuir su estadía detrás de las rejas. Cabe destacar que el propio Sabu confesó ser culpable de una docena de delitos, incluyendo tres casos de conspiración de hackeo informático, hackeo con fines fraudulentos, defraudación bancaria informática y robo de identidad agravado. Por la acumulación de cargos en su contra, Sabu se enfrenta a una condena de 124 años de prisión.
Según el FBI, Sabu “corría un alto riesgo” si los hackers descubrían que era un informante de la Policía. En algunas ocasiones, los delatores han sido sometidos por sus ex compañeros a una práctica conocida como “doxing”, consistente en publicar en Internet información personal y confidencial de la víctima, incluyendo contraseñas y datos privados, volviéndolos presa fácil de otros hackers. También los hackers irritados acostumbran vengarse enviándoles centenares de pizzas o haciendo denuncias anónimas de secuestro para forzar la llegada de un equipo SWAT a la casa del informante.
La activa colaboración de Sabu explica, entre otras cosas, por qué LulzSec se disolvió luego de sólo 50 días de resonante actividad, y puso sobre alerta a otros grupos hacktivistas que también fueron desmembrados por las autoridades policiales de diversos países en actuaciones conjuntas.