En su libro Hit Refresh, Satya Nadella, actual CEO de Microsoft, admite que aconsejó a su predecesor Steve Ballmer que no comprara a Nokia. Una vez que llegó al mando de la firma de Redmond, el ejecutivo de origen indio dio un vuelco de 180 grados, dejando a un lado la adquisición de 7.500 millones de dólares y planeando una salida del mercado de teléfonos inteligentes que tomó dos años para concretarse.
“El acuerdo con Nokia [fue un] ejemplo doloroso de esta pérdida [en el mercado móvil]“, escribe en el libro. “Estábamos desesperados por ponernos al día después de perdernos el ascenso de la tecnología móvil … en ese momento Nokia cayó del líder de mercado al puesto número tres”.
Nadella luego documenta la decisión del CEO de Nokia, Stephen Elop, de asociarse con Microsoft en 2012 de la mano de Windows Phone, y su éxito resultante: “Una cuota de mercado de dos dígitos en algunos países europeos”. Pero la plataforma siempre se mantuvo un distante tercer lugar, detrás de Android y iOS.
Hoy resulta claro Microsoft compró Nokia porque tenía que hacerlo: de lo contrario, Nokia habría adoptado Android y potencialmente abandonado Windows Phone. Pero, de cualquier manera, los esfuerzos en el área móvil de Microsoft parecían condenados.
El prestigioso periodista Paul Thurrott destaca que, curiosamente, así no es cómo Nadella cuenta esta historia. “La esperanza era que la combinación de los equipos de ingeniería y diseño de Nokia con el desarrollo de software de Microsoft acelerara nuestro crecimiento con Windows Phone y fortaleciera nuestro ecosistema global de dispositivos. La fusión podía ser el gran movimiento dramático que Windows necesitaba para ponerse al día con iOS y Android en el área móvil “.
En ese momento, Satya Nadella formaba parte del equipo de consejeros de Steve Ballmer. El ex CEO de Microsoft, inseguro sobre la adquisición, pidió a cada miembro del equipo que votara al respecto.
“Yo voté ‘no’“, escribe Nadella. “No entendí por qué el mundo necesitaba un tercer ecosistema en los teléfonos, a menos que cambiaran las reglas … pero era demasiado tarde para recuperar el terreno que habíamos perdido. Estábamos persiguiendo las luces traseras de nuestros competidores”.
Las estrategias de Microsoft en los años siguientes, ya bajo el liderazgo de Nadella, la mayoría de ellas orientadas a los mercados de gama baja y media, no ayudaron. En 2015 puso punto final a las aventuras con Nokia, despidió a casi 18.000 empleos y anunció los planes para salir del negocio de teléfonos inteligentes.
“Comprar una empresa con una cuota de mercado débil siempre es arriesgado”, explica Nadella. “Sólo deberíamos estar en el negocio del teléfono cuando tenemos algo realmente diferenciado del resto”.
Vía: Thurrott