Hace 60 años, más precisamente un 17 de octubre de 1951, apostados en el segundo piso del Banco Nación ubicado enfrente de Plaza de Mayo, Jaime Yankelevich, Enrique Susini, Gerardo Noizeaux y Oscar Orzabal Quintana realizaban lo que sería la primera transmisión de TV de la historia argentina. El evento elegido sería la celebración del Día de la Lealtad Peronista, más precisamente el discurso brindado por Eva Perón. Al mando de tres cámaras, un switcher y algunos micrófonos inauguraron una nueva etapa en la historia de la comunicación en el país.
Casi inmediatamente se inauguró Canal 7. Algunos años después se crearía el Canal 9 para luego surgir los canales 11 y 13. Los cuales perduran hasta hoy en día.
Muchas transformaciones han ocurrido en todos estos años: desde la primera transmisión en blanco y negro, la transmisión en color (aunque en Argentina se lo vio en blanco y negro) del mundial de fútbol de 1978, llegando a la reciente incorporación de la alta definición, norma que en pocos meses ha crecido de manera notable.
Este progreso en las transmisiones fue acompañado por el desarrollo de los televisores, en un primer momento grandes armatostes valvulares, convertidos hoy en día en delgadas pantallas digitales que permiten recibir imágenes con la mayor calidad posible. Aún más, la tecnología ha permitido que el transeúnte que antaño escuchaba los partidos en su radio portátil y posteriormente en su walkman, hoy los pueda ver en la pantalla de su teléfono celular.
Por estos días se debate sobre un nuevo paradigma en la televisión, profundizado por la irrupción de nuevas alternativas de streaming concentradas en la web, ya sea la manera de acceder a las noticias, el streaming en vivo, como también en la manera en la que se ven y consumen las películas. Una nueva era parece asomarse, donde la televisión deberá reformular sus estructuras para adaptarse a nuevos modos de interpretación y consumo, y donde la producción y recepción de contenidos está mutando a un nuevo régimen donde el televidente pasa a tener, en muchos casos, una participación activa dentro de los contenidos. Hecho que se profundizará con la inminente llegada de la Televisión Social.
Estos 60 años sirven para celebrar, como así también reflexionar sobre el impacto que tuvo la televisión sobre la vida y la cultura de los argentinos: Sus usos, su interpretación, su papel fundamental en los acontecimientos ocurridos. Pero también su futuro, donde se vislumbra no tanto una desaparición, sino un cambio radical en la manera en la que la percibimos y nos relacionamos con ella.
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