Ya les contábamos que el nuevo iPhone tendrá una pantalla que alcanzará al menos las 4 pulgadas, abandonando el tamaño normal de 3,5 pulgadas al que nos tenia acostumbrados Apple, y probablemente respondiendo a su proveedor y rival en el mercado, Samsung, que lanzó su nuevo Galaxy SIII con 4,8 pulgadas de pantalla.
Ahora, y a pesar de las declaraciones en 2010 de Steve Jobs sobre los equipos con grandes pantallas, (“nadie va a comprar eso“), se reveló que la decisión de agrandar la pantalla del iPhone no surgió de la empresa luego de la muerte de Jobs, sino que él mismo estuvo muy involucrado en el rediseño de un nuevo smartphone de 4 pulgadas de pantalla.
Hay que decir, además, que esta decisión se vio precipitada por una tendencia del mercado local de Apple, Estados Unidos, que se ha volcado mucho a ese tipo de dispositivos. En general, y de la mano del consumo de videos, juegos o aplicaciones que antes se utilizaban en una laptop o PC, las funciones de los smartphones se han diversificado de tal forma que la respuesta, según creen las empresas, es agrandar las pantallas de los teléfonos.
El rediseño se reveló en un principio por pedidos de Apple de pantallas más grandes a sus proveedores asiáticos, según una fuente interna de la empresa consultada por Bloomberg. La misma persona señaló el trabajo cercano de Jobs en el rediseño, que será el primero en el iPhone desde 2010 y que ya estaba digitado antes del lanzamiento del iPhone 4S. Bloomberg también vaticina la salida del nuevo iPhone para octubre.