JUE, 14 / JUL / 2022

Trabas a las importaciones amenazan la radicación de Xiaomi en Argentina

La compañía tenía proyectado comenzar a fabricar en el país en asociación con empresas locales. Sin embargo, las nuevas medidas restrictivas han impuesto una pausa a este plan.

Para las compañías chinas de dispositivos electrónicos América Latina es un mercado interesante. Muchas de ellas han ganado mucho terreno a nivel internacional con ofertas económicas. Argentina es un punto de desembarco estratégico. Entre las interesadas en trabajar en el país aparece BBK Electronics, responsable de la marca Oppo y Xiaomi.

Xiaomi invertirá en Argentina

En el caso de Xiaomi la idea era realizar una llegada en tres etapas: Asegurar primero el acceso a los productos en el país. Establecer luego una tienda. Y, finalmente, comenzar a producir en Argentina. Sin embargo, según aclaran desde la empresa, todavía no existe fecha para este tercer paso. Es posible que este objetivo se retrase considerablemente, o deba ser abandonado en el peor de los casos. El motivo es simple, las trabas a las importaciones suponen un obstáculo importante para el acceso a insumos y elementos para la fabricación

Argentina se beneficiaría enormemente por la llegada al país de nuevas marcas. Actualmente el mercado está dominado por Samsung y Motorola, que en conjunto tienen una participación que supera el 90%. Lo que implica un nivel de concentración extremo.

Un problema conceptual

Argentina ha mantenido desde hace tiempo una política de reemplazo de importaciones. Aunque en casos particulares esto puede ser efectivo y hasta necesario, no es una opción viable a nivel general. Y es una estrategia peligrosa cuando se lleva adelante con descuido.

Actualmente es muy común que los componentes de un producto se fabriquen en varios países. Los procesos de elaboración de algunos productos incluyen cadenas que atraviesan varias naciones. Lo dicho implica que muchas industrias dependen en gran medida de las importaciones.

La escasez de chips se debe en parte al hecho de que existen pocos países con infraestructura para producirlos. Podría ser de interés para cualquier nación tener su propia fábrica, pero el conocimiento necesario es importante y la inversión requerida para una sola planta es enorme.

Lo dicho es clave. Es posible discutir cuanto se fabrica o ensambla en el país. Cuanto del proceso de fabricación puede radicarse poco a poco. Pero lo cierto es que siempre existirá un límite, porque los procesos de fabricación para ciertos productos son internacionales.

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