Los discos duros USB han aportado una enorme solución para equipos portátiles y de escritorio. Particularmente uso una unidad de 500 GB, donde una parte está dedicada a sincronizar mis archivos laborales, y la otra al almacenamiento de información que no me interesa que ocupe espacio en el disco duro de la computadora. Así gano por dos lados: amplío mi capacidad de almacenamiento, y a la vez resguardo la información.
Como el software de backup que vino con este disco duro no me deja seleccionar qué carpetas respaldar (copia todo o nada), opté por el uso de la versión Freeware de Syncback, un gran programa para sincronizar las carpetas que queramos (en cualquier sentido e incluso a través de la red), y del cual pueden aprender su configuración al detalle en la nota que le dedicamos en Dr. Max #103.
Pero pasando al tema de los discos en sí, les cuento que Transcend acaba de presentar una interesante propuesta en discos duros portátiles bajo el nombre de StoreJet 25H3P. Esta unidad, de 2,5 pulgadas, aprovecha su compatibilidad con el flamante estándar USB 3.0, logrando así una tasa de transferencia de hasta 90 MegaBytes por segundo (MB/s), lo que se traduce en más de 5 GB en apenas 1 minuto. Por supuesto que para que esto se cumpla debemos contar con un puerto de estas características en la computadora.
En caso de conectar la unidad a un equipo con USB 2.0, la velocidad llegaría como máximo a los 60 MB/s, con lo que estaríamos transfiriendo poco más de 3 GB en 1 minuto.
El StoreJet 25H3P se ofrece con una capacidad de 1 TB, y cuenta con un sistema interno de amortiguación para contrarrestar el efecto de golpes y caídas. Éste está conformado por una cubierta de silicona que recubre todo el interior, y que se suma a un mecanismo de resortes. Además su carcasa tiene una base de goma anti-deslizante que evita que lo empujemos accidentalmente.
Al igual que otras propuestas, el disco incluye su propio software de backup llamado Backup Manager, que se activa automáticamente para hacer un respaldo al pulsar el botón que viene incluido en el propio disco.
Un punto interesante es el cable USB, que en su extremo cuenta con dos fichas de conexión. Es sabido (y de hecho me ha pasado), que en algunos casos la energía eléctrica provista por el puerto USB (en equipos viejos o cuando se usa un HUB), no es la suficiente para “mover” a un disco duro de estas características. Es ahí cuando ocurre que no sólo Windows no detecta la unidad, sino que además escuchamos un golpeteo de cabezales interno, que incluso puede provocar daños severos. Para situaciones como éstas, el fabricante recomienda conectar ambos extremos, complementando así el faltante de energía. Perdemos dos puertos USB, pero nos cubrimos ante estos problemas.
El punto en contra es que el el extremo de la ficha que se conecta al disco cuenta con un conector propietario, y debido a eso se nos complicaría bastante el reemplazo ante un corte en el cable.
Si quieren saber más al respecto, pueden leer el manual en PDF en su versión castellana.