Los sistemas de correo electrónico web, constituidos en los últimos años como lanzadores de casi toda la actividad en línea de cualquier ser humano, son cada vez más potentes. E incluyen filtros anti-spam cada vez más certeros y efectivos. Sin embargo, el correo sigue existiendo, pero ya no tanto por la publicidad sino por la cantidad inmensa de listas, grupos y demás en los que todos participamos.
Herramientas como el modo [Importantes] de la bandeja de entrada de Gmail, que organiza la bandeja de entrada general según mensajes prioritarios, destacados y comunes, ayudan mucho en el control del correo. Los filtros ponen cada correo en su lugar y luego alcanza con visitar las carpetas correspondientes para enterarnos de las novedades… pero con la posibilidad de, antes, evaluar qué debemos ver primero. Una buena idea es configurar las etiquetas para que se oculten automáticamente cuando no hay novedades. Para eso, haremos clic en su menú desplegable y, del apartado [En la lista de etiquetas], seleccionaremos la opción [Mostrar si no están leídas].
Pero si esto nos parece poco, y si sentimos que todo el tiempo deberíamos modificar las reglas para que contemplen nuevos correos, lo mejor será aprovechar en Gmail la función de filtrado contextual. Cada vez que recibamos en la bandeja de entrada general un correo que en realidad debe ser filtrado a una etiqueta, lo abriremos y haremos clic en el menú desplegable del botón [Responder]. De la lista seleccionaremos la opción [Filtrar este tipo de mensajes], y entonces podremos crear automáticamente una regla para los contenidos de esta clase, o para los de este remitente.