Si nos consideramos webmasters serios, es indispensable que nos encontremos anotadas en el programa de herramientas para webmasters de Google. Tendremos que inscribir allí todos los sitios que diseñemos o administremos (suministrando el pertinente mapa XML de cada sitio). Webmasters Tools es la interfase de comunicación entre nosotros y Google; quizás sea excesivamente técnica en la mayoría de sus aspectos y sea demasiado parca a la hora de dar explicaciones pero, por el momento, es lo único que tenemos para medir la temperatura de nuestra relación con el buscador más grande el mundo. Si el sitio web está anotado en Webmasters Tools y Google lo ha penalizado, seguramente tendremos un mensaje en la casilla interna de correo.
Lamentablemente Google se excede en los hermetismos, de manera que las comunicaciones de castigo tienden a ser crípticas y no explican demasiado. Son algo así como: “hemos detectado que su sitio web no cumple con las directivas de Google; por favor léalas, haga las correcciones pertinentes, y luego use este formulario para pedir una revisión de su página”. Con esto sabemos que algo malo pasó, pero no podemos detectar específicamente qué es lo que fue. Además de las tres situaciones antes mencionadas (problemas de estabilidad del server, DNS del server, inyección de código maligno en nuestra página), las causas probables de suspensión pueden ser alguna de las siguientes:
-Nos hemos excedido en palabras clave en una o varias páginas del sitio. La repetición desmedida de términos insertados en el texto es vista como spam, y Google lo castiga.
-Estamos abusando de la cantidad de links directos que salen de nuestro sitio y no les hemos colocado la instrucción HTML “nofollow” que se debe colocar en cada link.
-Estamos recibiendo demasiados links directos entrantes. Webmasters Tools provee medidores de enlaces entrantes y, si vemos que un sitio se excede en ello (y apunta a nuestra página con, por ejemplo, 400 links), entonces deberemos contactar al webmaster de dicho sitio para que borre dichos enlaces o, en su defecto, notificarlo en la sección disallow links (desautorizar enlaces) para que Google deje de tomarlos en cuenta.
-Tenemos un sitio fantasma, armado con retazos de textos provenientes de otros sitios web ya visitados por Google. Hay webmasters inescrupulosos que fabrican collages con párrafos provenientes de los sitios mejor posicionados sobre un determinado tema. Por ejemplo, las 10 primeras críticas de cine de la última de Terminator. Así se genera una mezcla de textos rica en términos claves (o asumiendo que el producto obtenido tendrá semejantes características), lo cual devendría en un posicionamiento exitoso. Al posicionar y obtener tráfico (aunque sea inútil, ya que los visitantes están dos segundos en él, se dan cuenta del fiasco y se van), estos sitios aprovechan la mínima estadía para bombardearlo con avisos publicitarios (obteniendo artificialmente impresiones) o, en el peor de los casos, infectar su computadora con algún troyano. Tenemos algún tipo de directorio que vende enlaces directos a otros sitios, lo cual es una práctica penada por Google.
¿Cómo resolverlo?
Es simple: analizar, revisar los últimos cambios del sitio, depurarlo de los excesos, generar un nuevo sitemap, levantarlo en el sitio y pedir a Google que lo vuelva a explorar. Utilizando el formulario de revisión, Google se toma unos días (lo que va de 48 horas a no más de una semana) para chequear, confirmar o denegar la rehabilitación del mismo. Caer en una sandbox no es una situación apocalíptica sino un gaje del oficio del webmaster. Si somos cuidadosos, no incurriremos en falta… pero siempre hay factores externos que pueden atentar contra nuestras intenciones.