Las impresoras 3D han revolucionado la producción de muchos bienes y herramientas. Han demostrado ser tan beneficiosas como peligrosas en malas manos, dado que permiten la elaboración de objetos tan diferentes como prótesis y armas. Agregando un poco más al apartado de opciones destructivas, el ejército estadounidense ha puesto en consideración la producción de cabezas de misiles a través de este tipo de tecnología.
El Centro de investigación y desarrollo de armamento del ejército, conocido como ARDEC por sus siglas en inglés, ha señalado que la impresión 3D podría ser el futuro de la logística militar. Para alcanzar este objetivo sería necesario poder trabajar con metal. Esta posibilidad técnica a menudo requiere el uso de tecnología láser.
La producción de cabezas de misiles con tecnología 3D permitiría elegir diferentes efectos que se producirían al momento de la detonación. Se podría seleccionar el tamaño de los fragmentos producidos y las direcciones en las que estos saldrían disparados. De esta forma los misiles serían más efectivos en la destrucción de sus objetivos. En teoría, un misil con un componente 3D podría ser diseñado para destruir su objetivo sin tener un efecto destructivo importante a su alrededor. Actualmente el límite en las formas utilizadas tiene que ver con las herramientas empleadas. El uso de tecnología de impresión 3D eliminaría las restricciones de formato.
Además de ser una opción para la producción de misiles, el ejército está contemplando utilizar impresoras 3D para otros aspectos de la logística. Entre ellos se encuentran la producción de insumos médicos, comida, miniaturas para el análisis de batallas y material de depósitos. También existe la opción de imprimir tejidos biológicos para el tratamiento de heridas. La impresión 3D no es una novedad para los campos de batalla. Ya se la ha implementado para solucionar la necesidad de distintos componentes para artefactos y tareas diversas.
Fuentes: Popsci