La motorización eléctrica es el futuro de la movilidad, un cambio de paradigma que ya no es una predicción en el sector sino una realidad patente que avanza de la mano de desarrollos que prometen invadir las calles en los próximos años.
Naturalmente, en esta carrera también hay intereses comerciales: los fabricantes de automóviles, no sólo los emergentes como Tesla sino también firmas de renombre internacional y largo recorrido, se alistan para tomar provecho de los réditos que se desprenderán de la venta de vehículos eléctricos.
En este contexto, Volkswagen acaba de anunciar sus ambiciosos “planes eléctricos”, señalando que invertirá US$40 mil millones en el desarrollo de coches eléctricos, en sistemas de conducción autónoma y otros servicios de movilidad. Se indica que hacia el año 2030 planean que cada uno de sus modelos tenga su versión 100% eléctrica.
“Con la ronda de planeación ya aprobada, estamos plantando las bases para hacer de Volkswagen la empresa número uno en movilidad eléctrica para el 2025”, dijo al respecto el CEO de la automotriz alemana, Matthias Mueller. Para destinar tal cantidad de dinero, la compañía germana dijo que recortará gastos de diversas operaciones y departamentos.
Esta apuesta de Volkswagen tiene un antecedente de insoslayable mención, el escándalo conocido como “dieselgate” que tuvo como protagonista a esta compañía que adulteró vía software los niveles de misiones de muchos de sus automóviles. Aquel fue un hecho que sin dudas manchó el nombre de la automotriz alemana y le costó millones de euros en multas, aunque Volkswagen se ha mantenido al tope entre los mayores vendedores de su segmento en el mundo.
El grupo Volkswagen comercializa otras marcas como Audi, Porsche, Lamborghini y Seat.
Fuente: Reuters
Imagen: Bobby Yip / Reuters