WikiLeaks volvió a la luz pública y se despachó con su publicación más extensa hasta el momento. Se trata de 1.7 millones de documentos de información confidencial que corresponden al período 1973/1976, entre las presidencias de Richard Nixon y Gerald Ford.
El total de estos registros alcanzan casi 700 millones de palabras, y 205.901 de estos documentos pertenecen al polémico Secretario de Estado Henry Kissinger, en lo que WikiLeaks describe como “importantes revelaciones acerca de las relaciones de EEUU con dictaduras fascistas particularmente en latinoamérica, la España de Franco (incluyendo a la familia real española) y de Grecia, bajo la Dictadura de los Coroneles“.
Al ser esta la mayor publicación de WikiLeaks a la fecha, el sitio creó una base de datos con búsqueda incluida, para facilitar de esta forma el hallazgo de la información. Además, la organización destaca que a causa de su antigüedad (los documentos tienen más de 25 años), el gobierno de los EEUU debería haber llevado adelante la desclasificación total, aunque al menos hasta 2009 existieron intentos de la CIA de reclasificar algunos archivos. Con todo éxito, hacia 2006 55 mil páginas de estos documentos fueron reclasificadas de forma secreta.
Justamente es a raíz de estas acciones por parte de la administración gubernamental que no se hallan registros diplomáticos desclasificados posteriores a 1976. Los que si pudieron ser publicados, fueron solicitados a la National Archives and Record Administration.
Los “Kissinger Cables” conforman desde ahora la sección más grande la Biblioteca Pública de WikiLeaks sobre Diplomacia Norteamericana (Public Library of US Diplomacy, o “PlusD“), también lanzada el día de hoy. En conjunto con los 1.7 millones de archivos recolectados durante los setentas, PlusD alberga también casi 300 mil documentos del período 2003/2010, conformando una colección de casi 2 millones de documentos, la mayor recopilación de archivos diplomáticos confidenciales o desclasificados de EEUU administrados por un ente que no pertenece al gobierno de la Casa Blanca.
Como dijera Julian Assange, “no se puede confiar a la administración estadounidense que mantenga el historial de sus interacciones con el mundo”.
Los documentos de los setentas reúnen 227 mil cables catalogados como “CONFIDENTIAL“, 61 mil cables en la clasificación “SECRET“, 12 mil documentos “NODIS” (apócope de “no distribution“), y más de 9 mil catalogados como “eyes only“. Los registros quintuplican el tamaño del reconocido “Cablegate“, aunados en más de 380 Gb de archivos en PDF. En palabras del mismo Assange, “es la edición de material geopolítico más importante jamás publicada“.
Obviamente, este lanzamiento de la organización fundada por Assange no tendrá tanta repercusión como anteriores documentos (por caso, las “filtraciones” aún clasificadas sobre la guerra en Irak), pero es al menos una forma de democratizar más la información pública sobre las relaciones exteriores de Estados Unidos, y las repercusiones que la potencia tiene y tuvo en el devenir de otros países.