Pese a la poca popularidad que obtuvo Windows Vista, y frente a las expectativas por el futuro lanzamiento de Windows 7, con el que muchos pensaron que el software sucesor de Windows XP ya estaba enterrado, Microsoft anunció que planea seguir vendiendo este sistema operativo al menos hasta enero del 2011.
De esta forma el hecho de que el gigante del software no saque de circulación a Vista tan pronto como se libere Windows 7 responde a su conocida política que obliga a mantener actualizados sus desarrollos durante al menos cuatro años desde su lanzamiento.
En el caso de Vista, ese periodo se extenderá según Richard Francis, director de la división Asia-Pacifico de Microsoft, aproximadamente un año tras la aparición de Windows 7, cuya versión Release Candidate acaba de aparecer disponible para todos los usuarios.
En este sentido, Francis señaló que la compañía dejaría de soportar todas las versiones de Vista en abril de 2012, aunque permitirá que los clientes empresariales que así lo deseen puedan optar por Vista a partir de una versión preinstalada de Windows 7.
Sin embargo la poca aceptación que tuvo Windows Vista por parte de los usuarios, que criticaron entre otras cosas la superabundancia de instrucciones de seguridad, el excesivo consumo de recursos y la lentitud de su tiempo de respuesta, hace pensar que no serán muchos los que elijan esa opción.
De hecho, según Microsoft “la nueva versión de Windows funcionará mejor que las anteriores en el hardware que la mayoría de los usuarios tienen, e incluso en sistemas como las netbooks, que tienen menos potencia de procesamiento que otros equipos”.
El caso es que Windows Vista no desaparecerá tan rápidamente del escenario y probablemente llegue a gozar de largos períodos de transición como ocurrió con otros sistemas operativos de la empresa de Redmond, como Windows 95, 98 o XP.